Biografía de José Francisco Rodríguez
Asdrúbal Francisco nació en Santo Domingo en 1972, es egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes; y ha participado en más de una docena de exposiciones colectivas en República Dominicana, Puerto Rico, Bélgica y Londres.
Ha celebrado tres individuales desde el año 2000, y ha recibido premios de la Escuela Nacional de Bellas Artes, del Centro Cultural Hispánico y del Museo de Arte Moderno de Santo Domingo. "Estereotipos" se inaugura este viernes 8 de junio en la Galería de Arte de FUNGLODE a las 7:00 de la noche y permanecerá para disfrute del público hasta el 29 del mismo mes.
Crítica de la Exposicióm Enicma, Publicado por Maritza Barrancom, Ctítica de Arte Cubana
Santo Domingo.- Una convocatoria oficial de la Secretaría de Cultura reunió en su sede a un grupo de artistas plásticos, intelectuales y amigos de Asdrúbal Francisco quien inauguró en esta ciudad, su tercera exposición individual con el título “Enigma”.
Bastaría renombrarlo como “dueño de todas las gamas”, pero hay que decir que lo domina el rojo, rey de las emociones, atenuadas por la perfección del escenario creado en la Sala de Arte Ramón Oviedo, en la propia sede de la Secretaria de Cultura, a orillas del Malecón capitalino.
Graduado de la Escuela de Bellas Artes, el joven sedujo a un auditorio que no reparaba en la luz, por la fuerza del color.
Con sólo 20 obras el artista plástico traspasó la potencia de la crítica que le abre paso para: entrar, exhibir, conquistar, vender y deja suspendido el aplauso y la palabra parece corta y el tiempo deja un recodo para esta y otras muestra en un camino que empieza ahora.
Todavía le arropan los aires europeos después de su exitosa exposición en la galería Amalgama, de Bruselas, Bélgica dónde expuso su colección “A ritmo de la vida” seguida ahora por “Enigma”, distinguida en el 2007.
Aunque la colección sostiene como eje visual al color, en cada tapiz sin definirse aparecen pájaros, rostros indescifrables, mujeres con zapatos altos y seres sin nombres que se esconden y se arrastran en el negro, pero Asdrúbal logra que los amarillos entren y asalten la imagen para humanizar la sombra.
Más que la forma de pintar también excita la forma de exponer. Pero solo un cuadro, únicamente uno sirvió de mediador en nuestro dialogo: el “Líder del enigma”. En esa obra, grande, rectangular con su ocre pálido Rosemary Francisco, adivinó la imagen de “Jesús”, el hijo de Dios.
Unos y otros nos deteníamos buscando el espejismo o el mensaje, pero nadie lo vio. Más nadie negó la revelación y ella petrificada trataba de desentrañar cada expresión del lienzo hasta que Asdrúbal poniéndole la mano en el hombro le comentó: “Si usted lo vió, es que esta ahí”.
Y comprendí que “enigma” es lo que esta y no se ve. De lo que el dice a una y no a todas las personas y lo que logra Asdrúbal en la comunicación que comparte con sus espectadores: un frenesi que emana de su rojo, de su verde y de su amarillo desbordante aunque aun las mezclas no llega a azular los espacios de convergencia, para lograr integración necesaria.
Pero ahí supervive cierta transparencia y la luz parece agua y el sol se torna arcoiris y en el universo de la imagen se transparenta la “dominicanidad” acomodada más a lo comercial que al arte mismo, aunque se salva por la ingenuidad del trazo.
Pero “enigma” se hace esencial. La influencia transitan energizadas por de hombres como: Jaime Colson, Antonio Prats, Silvano Lora y Candido Bidot, espíritus benévolos que vienen y bendicen y alientan e inspiran.
A propósito de las ascendientes departíamos en el encuentro con varios amigos y señalaba que apreciaba cierto influjo de Manuel Mendive, y fue el propio Asdrúbal Francisco quien apuntando hacia uno de sus lienzo comentó: “por ahí anda un cubano llamado Mendive.” refieriéndose a el premio Nacional de Artes Plásticas de Cuba 2001,
pintor, dibujante y performancer, un rescatador de la africanidad y de su acervo intangible.
En su intercambio con los reporteros del magazín “Vivir en Dominicana” el artista reconoce también plácidas influencias del “tainismo”, esa pintura de cueva, ícono superviviente del destrozo colonial, el dibujo testimonio que desde las piedras eterniza el origen y la historia.
Así entró el “enigma” de Asdrúbal, aun incipiente para dominar los sentidos pero, auténtico.
Por Marysa Barranco